
Un sueño, qué mejor forma de idealizar. Con deseos de menor somnolencia y plena paz espiritual voy a comenzar a andar un camino nuevo, porque este llegará a la cima.
Parálisis de sueño o kanashibari como se conoce en Japón. Me pasa a menudo (y me intriga que algunas personas no sepan en qué consiste este trastorno porque en mi vida es ya algo común), tanto cuando duermo como cuando estoy despierto, vivo un presente en el que la mente vuela pero el cuerpo no acompaña. Eso va a cambiar, y doy testimonio porque quiero compartir con el mundo cibernético una vida que termina y otra que empieza. Mi sueño delta ha llegado demasiado lejos y ahora quiero despertar para dejar de soñar que vivo en una pesadilla de sabor mediocre, no quiero insomnio, ni lunes, ni horas malditas, busco un lugar de ensueño que pueda saborear en posición vertical. Quiero descansar bajo un árbol y crear desde sus raíces mi adredón, tengo que conseguirlo. Basta ya de soñar, que la vida nos la viven otros.
Veo sonámbulos que quieren escalar cimas a diario pero no se atreven a despertar a sus aspiraciones reales, a vivir sin que pasen los años como copias los unos de los otros. Os quiero animar a que déis el paso, sea en el campo que sea, el que seguramente no habéis dado, del que sabéis que hablo... Seamos conscientes: ir contra las voluntades de uno mismo no es vivir, no hay nada de incorformismo sino ganas por vivir en paz.
Dejemos de ser Oniros, sigamos la luz que nos despierte.
Un abrazo, y ánimos de un soñador, que ahora os sueña dormidos.